Una semana después de haber estado con Inma en la Cannstatter Volksfest de Stuttgart, volví a ir con Raquel y Santiago, ya que iba a hacer mejor tiempo y ellos también querían conocerlo.
Así que quedamos a las 9 en la estación para coger sitio en el tren y ir para allá. Es curioso, pero los alemanes si se van de fiesta, se van de fiesta. Y eso implica empezar a beber sea la hora que sea, por supuesto, en el tren. Continue reading