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El sábado pasado fui a mi primer Discothek Club alemán, el Kiwi. Llegamos al sitio sobre las 00:30, y tuvimos que esperar un poco porque estaba lleno. Enseñamos los carnets de identidad, (y yo el mío español, claro) porque solo esta permitida la entrada a gente de más de 23 (por los pelos) y el de seguridad empieza a hablar en alemán con la gente con la que yo iba.

Vamos entrando y la primera en la frente, 6 euros por la entrada y lo único que te ponen es un sello en la muñeca. Eso sí, las chicas no pagan De donde habrán aprendido esto???

Bajamos a la pista, que es en el sótano, y según llegamos estaban poniendo la de la gasolina… en fin, a esto se le llama globalización. El local normalito, no mucho mejor que cualquiera de la calle Huertas de Madrid, pero claro, no es lo mismo.

Las copas a 6 euros, y los chupitos a 2,20 euros. Lo mismo, precios normales, pero ya se podían invitar a algo con la entrada… Las chicas la mayoría bebiendo vino o champán, y me fije que las botellas de wodka bajaban a una velocidad curiosa, parece como si les gustase.

Ahí fue cuando uno de los alemanes con los que iba se me acerca y me dice que el de seguridad les había dicho que me cuidasen, que tenia pinta de emborracharme mucho, y que a ver si la iba a montar. Que mala imagen damos en el exterior a veces…

Yo no me emborraché, solo bebí la primera y la última (como dicen por aquí), pero ellos se pillaron una de jugar con los semaforos de vuelta a casa… con eso lo digo todo. Pero ellos diciéndome que no estaban borrachos, que solo estaban cansados. Al final a eso de las 4 estábamos en casa.

Y a dormir.