Una universidad de élite no es una universidad elitista

Hay cosas inadmisibles, que no se pueden dejar pasar, pero parece que en mi universidad estamos medio dormidos… o bueno, como siempre pasa, puede que estemos demasiado ocupados con practicas y trabajos para quejarnos… pero eso no debe ser así.

Se esta llevando a cabo en la Universidad Carlos III un proceso que a mi me huele a privatización. Por supuesto, el rector lo desmiente, dice que le hemos entendido mal… Ya veremos en que queda todo. Por lo pronto, os dejo un artículo que he sacado de Gaceta Universitaria, Nº 657. En ella hay una sección llamada CONFIDENCIAL POR EL DOCTOR INFILTRADO, que dice lo siguiente:

EN LA UNIVERSIDAD AÚN HAY CLASES

La Universidad Carlos III de Madrid pretende poner en mar­cha un sistema revolucionario en las universidades públicas españolas: el cultivo esmerado de élites y la organización de una enseñanza de dos velocida­des, una normalita, para estu­diantes del montón, y otra pun­tera y guapa, para aquellos con mejores notas y que se puedan pagar más créditos. Suponemos que la noticia se comentará con entusiasmo en las asambleas de estudiantes anti-Bolonia, aun­que, al parecer, en dicha Univer­sidad no hay tales. Y pensar que en tiempos se rumoreaba que era la universidad del PSOE… Para los que comiencen la ca­rrera o acaben el primer curso con las calificaciones más altas habrá un «Programa de Hono­res», si bien sólo para aquellos que, además, lo soliciten y pa­guen los correspondientes crédi­tos. El documento de presenta­ción explica que se trata de seguir el modelo de muchas uni­versidades públicas norteameri­canas. A ver si a continuación también seleccionan a los profesores y les pagan como en ellas. Esos estudiantes de primera cursarán cierto número de crédi­tos «de nivel de honores», con mayor exigencia e impartidos por profesores escogidos.

El resto de sus clases serán de nivel «normal», es decir, las mis­mas que reciben los estudiantes que ni fu ni fa y con menos relum­brón. Fuera de las clases de la ti­tulación de cada uno, los megaes­tudiantes recibirán enseñanzas de segundo idioma y de «temas relacionados con la comunicación, liderazgo, edición de ensayos en inglés, negociación, gestión del tiempo, etc.». Qué materias tan significativas. Ya se los imagina uno. Como dice el documento, «a los alumnos del programa se les da la oportunidad de completar su formación curricular dotándo­les de habilidades de liderazgo y dirección». Nacidos para mandar. ¿Regalarán también la gomina? En cuanto al precio, se dice que «El programa de honores será completamente gratuito para los estudiantes becarios. Los restan­tes estudiantes tendrán que abo­nar la matricula de los créditos adicionales que componen el pro­grama, incluyendo los comple­mentos formativos y los cursos de idiomas» . No habrá problema, a la mayoría ya les habrán pagado colegios bien caros previamente.

Esto de dividir al estudiantado en una pequeña minoría se­lecta y una masa de «norma­les» ¿será moderno y progre­sista o será una discriminación como la copa de un pino? ¿Ser­virá para parecerse a las univer­sidades públicas del país de Obama o a las privadas cutres de por aquí mismo? Menos mal que en la Carlos III tienen un Instituto de Derechos Humanos que seguro que hace un dicta­men fetén y lo aclara todo.

Os podéis hacer una idea de que va el asunto… Os dejo también un panfleto que me dieron el otro día en el campus, aunque creo que no es del todo correcto (por ejemplo, el título es incorrecto). Algo de lo poco que se hace por informar a la gente de lo que realmente está pasando, ya que la mayoría no tienen ni idea. Por favor, difundir lo máximo posible esta noticia, por lo menos que la gente sepa lo que se trama por las altas esferas de la universidad.

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