Fotos de mi nueva habitación en Karlsruhe


Habitación

Aunque hace un par de semanas que estoy en la casa nueva, todavía no he tenido ocasión de subir las fotos de la nueva habitación, así que ya iba tocando. Estas las he hecho con la GoPro, que para interiores da un toque diferente. 🙂

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Es chiquita, pero esta muy bien apañada y amueblada. El tema de que la cama este en alto está bien porque al final puedes aprovechar mucho más el espacio. La tele, como siempre, no la pongo demasiado, pero no está de más tenerla para verla de vez en cuando.

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Buscar piso en Karlsruhe, misión casi-imposible

Buscar un piso compartido, una W.G. (abreviatura de Wohngemeinschaft) como se dice normalmente en alemán, no es nada fácil en Karlsruhe. Principalmente porque se trata de una ciudad principalmente de estudiantes. El KIT se ha convertido en una de las universidades de ciencias más importantes de Alemania. Miles de estudiantes se mudan a Karlsruhe.

Por supuesto, hay cientos de pisos de habitaciones en alquiler, pero los procesos de selección son «poco» más fáciles que conseguir un trabajo. Sobre todo, la gente prefiere hacer entrevistar en persona, por lo que si además intentas conseguir una habitación desde España, la cosa se complica más aún.

En mi caso, he conseguido una casa en «Zwischenmiete«, es decir, un chico se va a hacer unos meses fuera a hacer una estancia, y para no perder la habitación la re-alquila durante esos meses. La ventaja es además que está amueblada, por lo que no tengo que comprar nada cuando llegue allí.

Para buscar casa, una de las mejores opciones puede ser la página wg-gesucht.de, en la que la gente pone anuncios sobre las casas que anuncia. Pero si os ponéis a buscar casa dedicadle tiempo… en esta ocasión mandé 45 correos electrónicos a gente que buscaba casa, recibí 5 respuestas, y al final conseguí hacer 3 entrevistas, en una de las cuales me cogieron.

¡Así que tengo casa! Pronto, ¡las fotos!

Imagen | Young Germany

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De mudanza

Nueva habitación

Nueva habitación!!! Pero vamos poco a poco.

El fin fin de semana pasado ha sido uno de los más movidos que he tenido desde que he venido a Alemania. Empezando por el miércoles, cuando empezamos a realizar mudanzas. Porque para primeros de mayo, 3 de mis amigos y yo nos hemos mudado. 2 para vivir juntos, otro tiene la casa pero aun no vive en ella (aunque ya hemos empezado a amueblarla y es un 4° sin ascensor…) y yo, que me he cambiado a la antigua W.G. de Lars.

El sábado terminamos con la mía, y el domingo nos fuimos a montar en barca bajando 24 km del Rin, desde Karlsruhe hasta la central nuclear. Un paseo bonito, ya contaré más de él.

Los motivos del cambio son principalmente porque está en el centro, a dos minutos de todos los sitios a los que suelo ir, y porque sale un poco más económica. Además al no ser una buhardilla, ¡puedo tener un armario! Y lo tengo gracias a Lars, que me lo ha dejado, y también tengo un sillón que me ha dejado Raquel. Continue reading

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7 formas de asustar a tus compañeros de piso

Ainhoa, mi compañera de W.G. me ha pasado esto… espero que no sea una indirecta, pero desde luego si un compañero de casa se pone a hacer algo así, yo me acojonaría. Y mucho.

A continuación, 7 maneras de asustar a tus compañeros de piso.

  1. Compra varios cuchillos. Afílalos cada noche. Mientras lo estés haciendo mira a tus compañeros y di entre dientes: «Pronto, muy pronto…»
  2. Consigue centenares de bolis y apílalos en un lado de la habitación. Pon un lápiz en el lado opuesto. Ríete del lápiz.
  3. Dile a tu compañero/a que tienes un mensaje muy importante para él/ella. Entonces, haz que te desmayas. Cuando te levantes, dile que no puedes recordar de que iba el mensaje. Un rato después comenta: ¡Oh sí!  ¡Ya puedo recordarlo! Entonces simula que te vuelves a desmayar. Repite el proceso durante varias semanas.
  4. Mientras tus compañeros estén fuera, pega unos zapatos al techo. Cuando vuelva, siéntate en el suelo, esconde la cabeza entre las rodillas y balancéate mientras gimes: «No, otra vez no, demonios del mal, marchaos, ¡iros de aquí!
  5. Haz un sándwich. No lo comas. Déjalo en el suelo. Ignora el sándwich. Espera a que alguno de tus compañeros decida deshacerse de él. Entonces, di algo como: «¡Eh! ¿dónde demonios está mi sándwich?» Quéjate de la desaparición de tu sándwich mientras te quejas del hambre que tienes.
  6. Cada vez que alguno de tus compañeros vuelva, chilla lo más fuerte que puedas «¡¡¡Bien!!! ¡¡¡Has vuelto!!!» y baila durante la habitación durante varios minutos. Acto seguido mira fijamente tu reloj, y dile: «¿No deberías estar yéndote a alguna parte?»
  7. Replícale a tus cereales. De repente, como ofendido, lanza el bol al suelo. Niégate a limpiarlo, gritando «¡¡No, quiero verlos sufrir!!

Vía │ ¡Cuánta razón!
Imagen │ Rud66

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